CAKE DE AVELLANAS Y CHOCOLATE CON LECHE

La semana pasada tuve una semana un poco complicada pues la empecé enferma, y del dolor de garganta del lunes, pasé a un terrible resfriado el martes, y a un proceso gripal con fiebre el miércoles, y aunque el jueves me encontraba un poco mejor, a pesar de mis remordimientos, no fui a trabajar, ¡¡y menos mal que no lo hice!! Pues me hubiera pillado de lleno en la carretera una nevada como hacía tiempo no veíamos por aquí, pues lo que es nieve, nieve, justo donde vivo, hacía algunos años que no la notábamos. Pero llegó, y vamos si llegó.

Precisamente, el jueves, me encontraba en el sofá de casa, bien tapada, cuando leí una conversación de un grupo de whatssap de profesores de música y danza de una de las escuelas de música donde yo trabajo,  y nos contaba que lo habían sacado de la autovía (esa misma que yo tenía que haber cogido) e iba a tener que pasar la noche dentro del coche bajo cero. Y ahí estaba yo "hablando" con él, cuando en casa se fue la luz, internet y la línea fija del teléfono. Ante mi estupor, vi que a la misma vez que nevaba, había relámpagos y truenos, fenómeno que es la primera vez que veo en mi vida.
Y poco después, tampoco tuvimos agua ni calefacción. 

Al día siguiente, el viernes, seguíamos igual y se me hizo el día eterno, no os lo podéis imaginar. El frío también contaba, mi estado gripal y que no pudiera comer nada caliente. Los grados en la casa cada vez eran menor y pronto descubrimos, que alrededor de 60.000 personas estaban en las mismas condiciones que nosotros, toda la comarca Utiel-Requena.
Y me di cuenta, que ya no estamos preparados para vivir sin luz, que la luz, ya no es un lujo, es una necesidad.
La que se montó a partir de ahí fue tremenda, pues lo de la luz iba para días, pues más de treinta torres de alta tensión cayeron al suelo a causa del temporal. Aunque muchos establecimientos no abrieron porque no había luz, los que abrieron, como Mercadona, gracias a unos generadores propios, agotaron casi todas sus existencias, sobre todo de agua, panes en todas sus vertientes, fiambres, magdalenas...en fin, aquello parecía una guerra con escasez de alimentos.
Las tiendas de estufas de gas vendieron todas las existencias y en las gasolineras se agotó hasta la última botella de butano.

Nosotros tuvimos suerte, pues sólo pasamos 22 horas de frío intenso, de velas y de muchas mantas, pues el viernes por la noche tuvimos luz, teléfono e internet, aunque no fue hasta el día siguiente, sábado, cuando volvimos a tener agua y por lo tanto calefacción.
Hoy en día, seis días después, aún hay gente que sigue sin luz y sin agua. El problema no está resuelto, y seguimos con los generadores, son muchas las torretas de luz que cayeron. Y gracias al ejército, que se movilizó todo lo que pudo para que nosotros volviéramos a la normalidad. No sólo están para la guerra, las guerras no deberían de existir, pero sí gente que ayude, y me da igual que se llamen ejército, guardias, polícías o lo que sea, lo cierto es que fue gracias a ellos y a pesar de las inclemencias del tiempo y la inaccesibilidad.
Yo nunca culpo al gobierno de turno por los temporales, hay cosas que no se pueden prever, la naturaleza siempre será más fuerte, pero sí por la pobreza energética. Nadie se merece no tener un lugar cálido y con unas condiciones básicas.
Al día siguiente, me puse a hornear y celebrar que estábamos de nuevo en el siglo XXI.

INGREDIENTES: 8 personas  DIFICULTAD: Fácil  PREPARACIÓN: 40 min  COCCIÓN: 1 hora

Para el bizcocho:

-50 gr de avellanas

-200 gr de mantequilla

-150 de azúcar integral de caña (panela) o de azúcar moreno en su defecto

-4 huevos L

-1 cucharadita de extracto de vainilla (5 ml)

-250 gr de harina

-1/2 sobre de levadura química en polvo (8 gr)

-100 gr de chocolate con leche

-50 gr de almendra caramelizada o crocanti

-75 gr de frutos secos (avellanas y almendras)

Para el almíbar:

-150 ml de agua

-75 gr de azúcar

-1 cucharadita de extracto de vainilla (5 ml)

Para la cobertura:

-100 gr de chocolate con leche

-40 ó 50 gr de Nutella

-avellanas y nueces pecan para decorar

1. Para el bizcocho: Triturar 50 gr de avellanas en un robot de cocina. Reservar. Calentar unos segundos la mantequilla en el microondas para que se ablande. Juntar la mantequilla con el azúcar y batir. 

 2. Incorporar los huevos uno a uno mientras vamos batiendo entre cada adición.

3. Añadir la vainilla líquida y volver a mezclar.

4. Precalentar el horno a 180º C. Mezclar la harina con la levadura y tamizar encima del compuesto anterior. Mezclar.

5. Incorporar las avellanas molidas. Mezclar.

6. Añadir el chocolate con leche picado, el crocanti y los frutos secos enteros. Mezclar.

7. Engrasar un molde de plum cake de 22 cm de largo, con mantequilla y un poco de harina espolvoreada y verter la masa en él. Cocer en el horno alrededor de 1 hora con calor arriba y abajo a 180º C. Pinchar el centro del bizcocho con una brocheta para comprobar que no salen restos de masa. La corteza del bizcocho tiene que estar dura y oscura, pero el interior blando y más claro. Dejar reposar 5 minutos y desmoldar. 

8. Para el almíbar: Calentar en un cazo el agua con el azúcar y el extracto de vainilla. Dejar hervir durante 5 minutos.

9. Poner  el bizcocho encima de una rejilla con un plato debajo. Pinchar el bizcocho por toda la superficie con una brocheta y verter poco a poco el almíbar por encima hasta gastar todo el almíbar.

10. Para la cobertura: Trocear el chocolate con leche y fundir en el microondas unos segundos, sacar, remover, y volver a meter hasta que el chocolate se haya fundido. Incorporar la Nutella y mezclar bien hasta que la cobertura sea homogénea. 

11. Poner la cobertura en la parte superior del bizcocho y adornar con trozos de avellanas y nueces pecan. Servir cortado en rodajas finas.

NOTA: podéis utilizar los frutos secos que deseéis o los que tenéis por casa. Si no tenéis crocanti, o almendra caramelizada (la mía es del mercadona), podéis suprimirla, pero aumentar la cantidad de frutos secos en 50 gr más. 

El bizcocho es muy consistente, por lo que recomiendo que se corte en rodajas pequeñas. La corteza es dura y parecerá reseco, pero en verdad el interior es blando y muy rico. Estará igual de bueno al día siguiente. Si la corteza os parece demasiado reseca podéis cortarla con un cuchillo de sierra, pero en verdad el bizcocho está muy rico tal cual.