CORONA DE CHOCOLATE Y QUESO

Esta es una receta que ya la he repetido en casa pues me gustó mucho como me quedó, me pareció muy rica, además me encantan este tipo de texturas, tipo mousse. Es un poco laboriosa, en el sentido de, que al tener dos capas, hay hacer y dejar que repose una primero y después, hacer la otra capa. Y bueno, en mi caso, lavar y volver a lavar las varillas de montar. Pero por lo demás, tampoco es que sea complicado este postre, pues tampoco lleva horneado y muy poca cocción.

Siempre que utilizo en crudo huevos en verano, me gusta hacerle una especie de almíbar y añadirlo a las yemas muy caliente, poco a poco, para que la yema se vaya calentando y no quede cruda. De esta manera, me siento más segura consumiendo huevos en verano, aunque los míos eran super frescos, ya sabéis que tengo la suerte de que me regalen huevos de gallinas felices, y os aseguro que éstas lo están, y mucho, y así pasa, que a cambio, dan unos huevos maravillosos llenos de sabor.

Sé que muchos ya os vais de vacaciones este mes próximo, así que espero que las disfrutéis.  Yo aún no desconecto, me quedan dos recetas más por subir, por lo que seguiré dos semanas más aquí, así que si alguien más se queda conmigo estos días por la blogosfera, yo feliz.

INGREDIENTES: 8 personas  DIFICULTAD: Fácil  PREPARACIÓN: 1 hora  REPOSO: 6 horas

-5 hojas de gelatina

-100 gr de azúcar

-50 ml de agua

-4 huevos

-200 gr de nata para montar

-1 pizca de sal

-250 gr de queso tipo philadelphia

-200 gr de chocolate negro para postres

1. Poner en remojo tres hojas de gelatina para que se hidraten.

2. Poner en un cazo al fuego el agua junto con el azúcar. Dejar hervir durante 5 minutos y retirar.

3. Separar las claras de las yemas. Reservar las primeras a temperatura ambiente.

Batir las yemas e ir añadiendo en un hilo el almíbar obtenido con el agua y el azúcar. Ir batiendo constantemente las yemas para que no se cuajen al calor del almíbar. Reservar.

4. Batir la nata que tiene que estar bien fría, con unas varillas eléctricas. Reservar.

5. Añadir una pizca de sal a las claras de huevo reservadas y batir con unas varillas eléctricas hasta que estén a punto de nieve fuerte.

6. Mezclar tanto la nata como las claras montadas a punto de nieve, al bol donde teníamos reservados las yemas de huevo batidos con el almíbar. Mezclar suavemente con movimientos envolventes pero que quede todo bien integrado.

7. Separar la crema en dos boles. Reservar uno en la nevera.

Batir el queso crema para que se ablande y añadir a uno de los boles. Integrar bien, pero siempre con movimientos suaves.

8. Escurrir las hojas de gelatina que teníamos hidratándose. Poner en un vaso y derretir unos segundos en el microondas. Añadir al bol que contenía la crema de queso y remover bien para que quede la gelatina bien integrada.

9. Engrasar bien un molde en forma de corona con aceite suave o mejor, con un spray antidesmoldante.

Verter la crema de queso encima y dar unos pequeños golpes al molde para que se expanda bien. Cubrir con un papel film y guardar en el congelador unos minutos.

10. Poner las otras tres hojas de gelatina restantes en agua para que se hidraten.

Trocear el chocolate y derretir en el microondas, remover para que no quede ningún resto de grumos.

Sacar el segundo bol que teníamos reservado en la nevera y añadir el chocolate una vez se haya entibiado y remover, integrando bien, pero siempre con movimientos suaves.

11. Escurrir las hojas hidratadas, poner en un vaso y derretir unos segundos en el microondas.

Verter encima de la crema de chocolate y remover bien para que la gelatina quede bien integrada por la crema.

12. Sacar el molde que teníamos en el congelador. Verter la crema de chocolate encima de la de queso. Cubrir con papel film trasparente y guardar esta vez en la nevera unas 4 horas para que cuaje, o mejor, toda una noche para asegurarnos que el cuajado sea perfecto. Decorar con un poco de chocolate rallado. 

NOTA: pasar la punta de un cuchilla afilado por los bordes del pastel antes de desmoldar para que se suelte de las paredes del molde sin dificultad. 

Conservar en la nevera tres o cuatro días como mucho.