PASTEL DE UVAS

Por fin estoy de nuevo aquí, con todos vosotros, compartiendo recetas. Un hobby que me encanta, y aunque me quita mucho tiempo, me apasiona, y por eso sigo aquí, una temporada más subiendo recetas, sacando tiempo de donde se pueda, para cocinar, fotografiar, editar y visitar los blogs amigos, de los que aprendo, me dan tantos consejos y sobre todo,  me inspiran.

No os penséis que desde que me despedí este verano he estado hasta ahora de vacaciones, no, el trabajo me ha hecho estar fuera de casa dos semanas, justo en las que me hubiera gustado regresar, pero no ha podido ser antes. Y bueno, por aquí, ya va quedando poca vendimia, pero siendo un lugar donde las viñas nos rodean por todos lados, y muchas son las personas que viven de ellas, no podía faltar un postre fácil y muy rico inspirado en ella, como el que os traigo hoy. 

Y como el año pasado os hice un viaje gastronómico por los países que visité en verano, esta vez también os traigo un viaje gastronómico de estas vacaciones, además, de un país que tiene fama de que su comida no tiene nada del otro mundo, y es que pensamos, que como en casa, no se come en ningún sitio. Esta vez, el viaje gastronómico, es dentro del mismo país, Inglaterra. Y vamos a comenzar en Manchester.

Como foto representativa os traigo su ayuntamiento, es inmenso y muy bonito, parece una catedral o algo así, debido a sus maravillosas proporciones.
Manchester es una ciudad con edificios de piedra rojiza, con un clima otoñal en verano y donde la lluvia es fácil que aparezca a lo largo del día, por mucho que haya salido el sol. Tiene fama de no ser una ciudad agraciada, pero sin duda, tiene su encanto y bonitos rincones, a mí en concreto, me maravillaron sus bibliotecas. 

En esta ciudad, es donde mejor comí, una comida típica y muy bien elaborada, eso si, para comer bien, es necesario gastar más que en España, y seguro que encontráis un lugar tan maravilloso como este, Mr Thomas´s Chop House, con comida típica inglesa. Esta cena nos costó 87 libras, para tres personas. Y la peculiaridad de Inglaterra, en la que te suelen incluir las propinas en la cuenta total, en concreto, un 10%. Así que de esta factura, 7´88 libras, iban destinadas al servicio. 

De entrante pedimos Bread & Dripping, unos trocitos de pan (aunque allí brilla por su ausencia el pan tal y como lo conocemos), con una salsa llamada Gravy, que no deja de ser el líquido restante de asar la carne, todo ese aceite que suelta y todos los posos que deja (mejor no pensar en las calorías que lleva eso), en este caso, era de pollo y confieso que estaba muy bueno.
También pedimos unos aros de cebolla muy ricos (Onion Rings) y una especie de ensalada templada con guisantes y beicon (Peas, Letucce & Bacon).
Como plato principal, Corned Beef hash, un plato a base de patatas y carne, coronada por un huevo poché. El mío, fue Roasted chicken, acompañado por un puré de patatas muy bueno (ya sabéis que allí lo utilizan mucho), y con el mismo tipo de ensalada que habíamos pedido como entrante.

El plato que menos nos gustó, fue el Steak & kidney Pudding, un pastel hecho a base de carne y riñones. Muy típico también de la gastronomía inglesa. Iba acompañado de un puré de guisantes, que suele acompañar a muchos platos al igual que el de patatas, unas patatas fritas y más salsa gravy.
Muy buenos también los postres, el Sticky Toffee Puding, una especie de coulant algo más denso y con una salsa de toffee riquísima, pero eso si, mejor tomarlo solo, y no después de haber cenado. Iba acompañado de Clotted Cream, esa especie de mantequilla que le ponen a todo, que por cierto, es tan grasa, que a mi no me gustó nada.
Y el postre que más nos gustó, el Eton Mess hecho a base de merengue (del duro), nata y fresas. Estaba rico no, lo siguiente.
Una comida deliciosa, con recetas típicas que os recomiendo, bien elaboradas, y como todo lo bien elaborado, estaba muy rico. 

En toda Inglaterra, la comida de otros países está casi más presente que la suya propia. En Manchester, tienen un pequeño Chinatown, y la Milla, que como bien dice la palabra, una milla de restaurantes y locales típicos hindúes y árabes.
Nosotros cenamos un día en la milla, donde probamos platos típicos, como Chicken Tikka Sizzier, Lamb Tikka Sizzier, Lamb Pasanda, Chicken korma y Lamb Korma. El pan Naan estaba riquísimo, y el entrante con salsas, muy bueno también. Lo demás, pues con su toque picante, no tan apto para mi, pero que los demás comensales disfrutaron. Salimos a unas 17 libras por persona.

Me dejaron fascinada lo grandes que son allí todos los locales de comida. En Valencia, algunos son tan pequeños, que apenas caben cinco mesas. The Wharf, es un gran ejemplo de ello, situado en el Muelle de Manchester, es un local inmenso, aunque es de construcción moderna, está ambientado en los típicos pubs ingleses, cálido y acogedor. Sus platos son clásicos británicos, pero con toques modernos. 

Para picar, tomamos unas aceitunas (Marinated olives) y unos pimientos dulces rellenos de queso blando (Baby sweet peppers), muy rico, por cierto.
Salchichas de cerdo y puerro (Pork and lekk sausages) y cordero asado (Braised shoulder of lamb)
Yo me pedí un sandwich, muy típicos allí, concretamente el BLT, de beicon, lechuga y tomate. Un poco reseco, como casi todos los sandwiches que comí los días siguientes. Mi comida la acompañé casi siempre de agua del grifo (Jug of tap water), no hay más que pedirla y te la ponen sin problemas, normalmente te ponen una botella llena y vasos para todos aunque sólo la haya pedido una persona.  Esta vez salimos sobre 18 libras por personas. 

Teacup, es otro lugar donde podremos disfrutar de comida típica inglesa. La barra siempre está coronada de tartas y pasteles. Bueno, esto, bastante común por estas tierras, los dulces están muy presentes en todos los locales que venden comida. Muy elaborados y todos bien presentados.
Otra curiosidad, es que en casi todos los lugares hay comida para celíacos y para veganos.
En Teacup, no pudimos resistirnos y hacer el típico desayuno inglés, o Breakfast, compuesto por salchichas, beicon, una rodaja de morcilla, un vasito de fríjoles con tomate, una pequeña tostada y huevos revueltos. Tal vez, todo elaborado con aceite de oliva, mucho más rico, je, je.
El mío, Eggs Benedict, un muffin inglés con huevos escalfados, beicon y salsa holandesa. A mi me estuvieron buenos.

Otro día fuimos allí a tomar algo, y no quisimos dejar de probar los postres que tan bien se veían. Yo me pedí Victoria Sponge, este pastel tradicional de bizcocho, frambuesa y relleno con su famosa crema que ponen en todos lados, Clotted Cream. A pesar de la dichosa crema, estaba buena, porque te dejaba el sabor a la frambuesa, pero vamos, el trozo era inmenso, aunque no os lo creáis, no pude con ella, me dejé la mitad.
También pedimos Carrot and Coconut Cake, un pastel de zanahoria y coco, para mi muy seco y bastante difícil de digerir, fue de la que más nos sobró. Y como no, también pedimos el típico scones, que nos lo sirvieron con forma de corazón y acompañado de mermelada y su omnipresente crema Clotted cream.
En el local, también se puede hacer el típico té de la tarde con pastelitos, el afternoon tea, al precio de 18 libras por persona. 

Los pubs típicos de Inglaterra están por todas partes, son inconfundibles, acogedores por dentro y bastante elegantes en su interior. 

Hotel chocolat, tiendas y restaurantes repartidos por todo Reino Unido, con platos elaborados a base de chocolate. Sus bombones y chocolate, tienen una pinta estupenda.
Otras locales que encontraréis por todo Reino Unido es Patisserie Valerie, una cafetería-pastelería con unas bonitas presentaciones de pasteles o Prête a Manger, una franquicia que puedes encontrar en casi cada esquina, con comida envasada que te sirves tú mismo y que puedes consumir en el mismo local. Con menús veganos y sandwiches frescos. 

Y bueno, si el bolsillo os da para ello, siempre podréis visitar el restaurante que Jamie´s Oliver tiene en Manchester. La verdad es que los precios no son tan distintos al del primer local que os he enseñado al principio, así que si queréis curiosear el menú, os dejo el enlace a él. 

Bueno, siento haberme extendido tanto, no quería haberlo hecho, pero quería contar todo esto. Mi próximo destino será, York, así que espero ser más breve.
Si queréis ver más destinos gastronómicos (y más breves), podéis visitar el que hice a Budapest, Viena y Praga.  

INGREDIENTES: 6-8 personas  DIFICULTAD: Fácil  PREPARACIÓN: 30 min  REPOSO. 30 min  COCCIÓN: 45 min

Para la masa: (o un paquete de masa quebrada o brisa refrigerado)

- 300 gr de harina

-75 gr de azúcar

-200 gr de mantequilla

-1 huevo

Para el relleno:

-500 gr de uvas

-150 gr de azúcar

-100 gr de harina

-3 huevos

-250 ml de leche (puede ser desnatada)

-75 ml de nata líquida

1. Primero haremos la masa si la queremos hacer casera: Poner en un bol la harina, junto con el azúcar, el huevo y la mantequilla bien fría cortada en trocitos. Amasar con las manos hasta que el compuesto esté integrado.

2. Hacer una bola con la masa, envolver en papel film y dejar reposar en la nevera 30 minutos. 

3. Engrasar bien un molde de plum cake de 25 cm de largo y con capacidad para algo más de un litro. Estirar la masa quebrada y forrar el interior del molde. Si os sobra masa, recortar el exceso, pero que la masa no quede muy gorda. Reservar en la nevera mientras preparamos el relleno.

4. Precalentar el horno a 180º C. Mezclar las uvas con la mitad del azúcar y dejar reposar unos minutos (quitar preferiblemente las pepitas). 

5. En un bol mezclar los huevos con la leche y la nata fría, con el resto de azúcar y la harina. Con unas varillas batir hasta que no quede ningún grumo de harina. 

6. Sacar el molde de la nevera y cubrir el fondo con la masa.

7. Incorporar las uvas.

8. Cubrir con el resto de masa y hornear a 180º C con calor arriba y abajo durante 45 minutos. Tapar con papel de aluminio si se ve que se está tostando en exceso la superficie. Pasado los 45 minutos, si al pinchar con un palillo, al sacarlo, todavía quedan restos de masa, apagar el horno y dejarlo que se enfríe completamente en su interior. Una vez frío, pasar a la nevera hasta el día siguiente.