Zlabia (dulce oriental)

He visto por las redes varias veces este dulce oriental, según la Wikipedia, llamado también Yalebi o jabebi, es un dulce típico de las cocinas de la India, Pakistán y Bangladés, aunque también es consumido durante el Ramadán en el Magreb. 

Lo cierto es que siempre he sentido curiosidad por cómo se hacía y a qué sabía. Pues mis dudas ya se han resuelto. Pensaba que me iba a costar darle la forma, pero no, teniendo un biberón de cocina, no resulta nada difícil formar la espiral y en cuanto a sabor, pues sabe bastante a agua de azahar. Estaba menos dulce de lo que pensaba, pues me lo imaginaba más empalagoso y lo que menos me ha gustado es que el dulce, que en principio es crujiente, al meterlo en el almíbar, se queda más bien blando. Pero después de hacer varias, vi cómo conseguir que se quedara algo más crujiente, en notas os cuento cómo conseguirlo, aunque el real, se es más bien blanducho (esto, según cuenta la Wikipedia, pues yo nunca lo había probado anteriormente). 

He mirado algunos vídeos y he leído varias recetas. La mayoría lleva colorante, y en una, llevaba azafrán, así que yo las he mezclado un poco. La levadura, he puesto una cantidad, pero en verdad, lo hice un poco a ojo, sin pesarla ni nada, es una receta de esas que dicen "lo que admita". El almíbar también en cada lugar indicaban unas cantidades, así que también opté por hacer el mío propio. Es una receta interesante, y me gustan las recetas que me aportan algo diferente. Lo peor, es que este dulce va frito, aunque es cierto que coge poco aceite, pero no deja de ser un frito más. Por lo demás, cómo he dicho, una receta muy interesante. Os dejo la receta. 

INGREDIENTES: 8 personas DIFICULTAD: Fácil PREPARACIÓN: 20 min REPOSO: 2 horas COCCIÓN: 15 min

Para la masa: 

-125 ml de agua

-5 g de levadura fresca

-colorante alimenticio rojo

-125 g de harina de fuerza

-1 pizca de sal

-1 pizca de azafrán (opcional)

-aceite de girasol para freír

Para el almíbar:

-125 ml de agua

-75 g de azúcar

-1/2 cucharada de zumo de limón

-25 ml de agua de azahar

-50 g de miel

1. En primer lugar hacemos la masa. Retira unos 25 ml del agua y caliéntala tibiamente en un vaso en el microondas. Es muy importante que sólo esté tibia. Coge un poco de colorante rojo y remueve hasta integrarlo. 

2. Desmenuza la levadura fresca y dilúyela en el agua removiendo con una cuchara. 

3. En un bol pon la harina, una pizca de sal y el azafrán si decides ponerlo. Remueve bien e incorpora la levadura diluida. Ve removiendo y añadiendo el agua restante mientras removemos con unas varillas manuales. 

4.  Al final, te tiene que quedar una masa semilíquida que al levantar las varillas manuales caiga la masa en forma de cordón. Cubre el bol de la masa con papel film y deja reposar en un lugar cálido sin corrientes de aire durante 1 hora 30 minutos. 

5. Mientras la masa reposa, prepara el almíbar. Pon en un cazo los 125 ml de agua junto con el azúcar y la media cucharada sopera de zumo de limón. Pon al fuego y ve removiendo hasta deshacer el azúcar. 

6. Una vez se haya disuelto el azúcar incorpora el agua de azahar y la miel. Remueve hasta integrar y retira del fuego. No hace falta que llegue a la ebullición. Deja enfriar. 

7. Una vez esté la masa levada, pon en una sartén no muy grande aceite de girasol en el fuego. Mete la masa en un biberón de cocina y cuando el aceite esté caliente, forma una espiral de masa con ayuda del biberón. Empieza por el centro y forma la espiral hacia afuera y terminando con una línea de masa hacia el centro para cortar. No hagas unos dulces muy grandes. Dóralos por una cara y dales la vuelta. 

8. Retira los dulces orientales en un plato con papel absorbente para retirar el exceso de aceite, pero enseguida, mete el dulce caliente en el almíbar frío. Dale la vuelta para que se bañe por las dos caras. 

9. Ve dejando los dulces orientales en una rejilla para que se sequen. 

NOTA: es importante que bañes en el almíbar los dulces casi nada más sacarlos de la sartén. Si el dulce se enfría, al meterlo en el almíbar, el duce quedará blando y no quedará nada crujiente, que es como me gustó más.