PATATAS SALTEADAS CON PANCETA Y ROMERO

Siempre he sido una niña que no he pedido nada.

Cuando me llevaban a una feria, mi padre siempre me preguntaba  qué quería que me compraran, y yo siempre le decía que nada, que no se preocupara. Tampoco me subía a las atracciones de feria, pues parecía que el estómago se me ponía al revés, así que el gasto que les hacía era mínimo.

Cuando fui creciendo, y ya iba al instituto, me daban dinero para coger el autobús y para el almuerzo, y siempre intentaba irme con algún conocido o comer algo más económico para ahorrar algo de dinero. Así me podía comprar la Super Pop (revista juvenil de mi época), o algún brillo de labios, libros o similar, y no tenía que pedir ningún extra a mis padres. Y es que siempre me ha dado mucha vergüenza pedir y ser una molestia para los demás. 

Mi madre siempre fue muy consciente de ello, y antes de que su alma nos dejara y fuera al cielo, me dijo que estaba bien no pedir, pero que si alguna vez me daban algo, que lo cogiera (pues siempre que me ofrecían algo, muy educadamente, yo decía: -No, gracias-).

Así que de dos años a esta parte, pues cada vez que alguien me da algo, pues, ala, a recogerlo. Y esto también incluye a las cosas que me da mi padre de su huerto. Él, normalmente, tiene unas patatitas nuevas que ¡¡me encantaaann!!. Simplemente cocidas con agua sal, me parecen un auténtico manjar. ¡¡Y qué bien me hubiera venido para este plato estas patatitas!! Pero, nada, cada vez que me da algo del huerto, son calabazas. Sosas y descoloridas calabazas. Y sólo me las da a mi, pues a ninguno de mis hermanos se las ofrece. Cuando me ve, me dice: -tú si que sabes que hacer con estas ricas calabazas, pues toma-. En fin, más sosas no pueden ser, pero ahí cargo yo con las calabazas.

Dentro de poco, iré a visitarle, a ver si tengo suerte y me da esas patatas nuevas tan ricas de su huerto, aunque, ahora que pienso, ¿se ha pasado ya la época de calabazas? ¡¡Oh!! El otro día aún vi en la frutería. ¡¡Pues, me parece que volveré con más calabazas!!

INGREDIENTES:  4 personas   DIFICULTAD:  Muy fácil

-300 g de panceta

-1 k de patatas pequeñas

-1 cucharada sopera de romero

-aceite de oliva

-sal

1. Trocear la panceta en tacos gruesos y salar al gusto.

2. Lavar las patatas y secar.

3. Poner en una sartén tipo wok un chorro generoso de aceite de oliva. Rehogar la panceta en él, pero sin llegar a dorar.

4. Añadir las patatas, espolvorear con sal y dorar.

5. Cuando estén doradas, añadir de 250 a 300 ml de agua y la cucharada de romero. Cocer hasta que las patatas esté blandas y el caldo reduzca (alrededor de 30 min), removiendo de vez en cuando o salteando con el wok. Retirar del fuego, añadir sal en escamas (opcional) y servir enseguida.