CRUJIENTE DE CREMA

Esta mañana me han enviado un vídeo por whatsApp que me ha emocionado, no sé si lo habréis visto ya. Supongo que si, porque  ya sabemos que lo que se manda por las redes sociales se hacen virales al momento.

El vídeo es un mini corto de dibujos animados, donde hay un niño que juega incansablemente con la play. Su madre llega y le regala una caja y le dice que es un regalo para él. El niño no le presta atención, pero cuando su madre se aleja, éste deja de jugar al vídeo juego y abre la caja. En ella hay un perrito monísimo y el niño se alegra, pero cuando lo ve bien, ve que al perrito le falta una pierna. El niño lo desprecia y lo tira al suelo. Coge su mando de la play y vuelve al juego.

El perrito, que es prácticamente un cachorro no para de intentar llamar su atención haciendo carantoñas, pero el niño llega hasta darle una patada. El perrito encuentra una pelota y hace lo posible para intentar que el niño entre en el juego. Conforme vas viendo el vídeo, desprecias más al niño al ver su comportamiento ante un cachorro tullido pero que es increíblemente simpático y te dan ganas de llevarlo a tu propia casa. No os cuento más, mejor lo veis si aún no habéis tenido oportunidad. Si alguien no visualiza el vídeo podéis verlo directamente aquí desde Youtube.

Moraleja: os aseguro, que para mi, más de una.
Ahora os dejo con la receta, una tarta o dulce, crujiente, pastel...como se quiera llamar, nada perfecto, pero a la misma vez, perfectísimo.

INGREDIENTES: 6-8 personas  DIFICULTAD: Fácil  PREPARACIÓN: 30 min  COCCIÓN: 60 min

-500 ml de leche (puede ser desnatada)

-la piel de un limón

-1/2 ramita de canela

-150 gr de azúcar

-3 yemas

-1 huevo

-3 cucharadas de maicena

-2 láminas de masa quebrada redonda

-mantequilla, sal y azúcar glas

1. Reservar medio vasito de leche y poner el resto en un cazo al fuego junto con la piel de limón y la canela. Calentar pero sin que llegue a hervir. Retirar del fuego y dejar reposar 15 minutos.

2. Separar la yema de la clara y reservar esta última. Poner en un bol las cuatro yemas, el azúcar, el medio vasito de leche reservada y la maicena. Mezclar bien hasta que se deshagan los grumos de la maicena.

3. Retirar la piel de limón y la media ramita de canela de la leche que ya estará más templada. Añadir poco a poco la mezcla de huevos y maicena e ir removiendo mientras que lo vertemos en el cazo. Poner de nuevo al fuego y cocer a fuego lento removiendo de vez en cuando con unas varillas para que no se pegue. Cocer hasta que la crema espese. Retirar del fuego y dejar reposar durante 10 minutos.

4. Enharinar ligeramente una superficie de trabajo y estirar una de las masas con ayuda de un rodillo para que quede muy finita. Engrasar con mantequilla un molde de unos 30 cm de diámetro. Forrar con la masa quebrada. Reservar.

5. Precalentar el horno a 180º C. Montar la clara de huevo reservada con una pizca de sal a punto de nieve. Añadir a la crema  y mezclar con movimientos envolventes.

6. Verter la crema encima de la masa quebrada.

7. Estirar la otra lámina de masa quebrada sobrante para que quede fina igualmente y cubrir la tarta. Recortar los bordes de masa y sellarla con los dedos.

8. Cubrir la tarta con papel de aluminio y hornear a 180 º C con calor arriba y abajo alrededor de 40 minutos. Cuando queden 10 minutos para terminar la cocción retirar el papel de aluminio para que se dore ligeramente. Sacar del horno y espolvorear la superficie con azúcar glas tamizada. Servir cortada en porciones tibia o fría.

NOTA: yo utilicé una masa quebrada casera, en concreto, esta, la cual doblé los ingredientes y los recortes que me sobraron los congelé para otra preparación.
Yo tenía curiosidad por probar esta crema pastelera donde se le pone la clara de huevo montada a punto de nieve, pero en realidad, podéis utilizar la crema pastelera que queráis, la que hagáis normalmente y que sepáis que siempre queda bien.