MUG CAKE DE OREO

Hoy toca despedirme de vosotros hasta mediados de septiembre y para ello os dejo una receta de mug cake, pues yo aún  no había sucumbido a ellos, así que no creo que aporte nada nuevo. Salvo, que estos famosos bizcochos dentro de una taza, normalmente para uno y elaborados en el microondas, yo os doy la cantidad para cuatro y elaborados en el horno o en el microondas, Vosotros decidís. Lo más importante, es que no os paséis en el horneado, tanto en el microondas como en el horno. El interior tiene que ser fundente y cremosito.

Por cierto, hoy también termina mi viaje gastronómico, y le toca el turno a la República Checa. Esta vez, no tenía ninguna duda qué foto escoger para que represente, en concreto a su ciudad, Praga, y es su famoso reloj solar y astronómico.
Una ciudad muy turística y muy masificada de turistas. Fue lo único negativo que le encontré a esta ciudad. Tiene un aire bohemio increíble, y en navidad, un aire navideño de lo más bonito. Como en Budapest, hace unos años, las tiendas cerraban muy pronto con respecto a nuestros horarios, pero esto ha cambiado totalmente, y ahora, a las nueve o las diez de la noche, es normal ver los establecimientos abiertos, Y a las diez, ¡¡todos los locales llenos para la cena!! Pues eso, que el turismo, tiene horario español, ja, ja.

Y el centro de Praga, huele a azúcar y canela, y todo debido a este postre tradicional, Trdelník. Como veis, unos cilindros muy ricos que no sabría deciros la masa a qué sabe, pues no es un hojaldre, tampoco una masa de brioche...pero lo cierto es que está riquísimo.

Tienen unos hornos especiales para hacer este curioso dulce, y tienen unos tornos que van dando vueltas a mano, llamados Trdlo. Las brasas, que se encuentran debajo, lo van horneando poco a poco.

Son muchísimos los puestos donde venden este dulce por el centro turístico de Praga, y en muchos de ellos, se puede ver como elaboran de forma artesanal la masa. Se pueden comer solos o rellenos. Ahora, en verano, es muy común el relleno de helado y frutas.  Algunos tenían forma cónica para que el relleno no se derritiera por abajo.

Y este es mi relleno, de chocolate, como no podía ser de otra forma, ja, ja. ¡¡Estaba riquísimo!!

Esta es la tienda que más me gustó el trdelník, pues la masa estaba blandita y para mi muy rica de sabor, aún sin el chocolate. Al día siguiente probé otro en otro lugar, la masa era muy crujiente y me gustó menos. Supongo que irá en cuestión de gustos. Como podéis apreciar en los carteles los que tenían forma cónica para que el relleno no se saliera.

Bueno, y no todo eran trdelník, pero sin duda, eran los reyes y lo más vendido.

En los mercados de frutas, era muy común ver frutos del bosque, todos los puestos los tenían en gran cantidad.

Nada baratas son las cerezas en estos países, si en Viena me encontré el kilo cerezas a 14,80 euros, en Praga estaban a 18,50 euros el kilo. En la foto de abajo, podemos leer Tresne (cereza), 100 gr a 49,90 coronas checas ( 1,85 euros).
También vi, que vendían las mismas cajas rojas de bombones típicas de Viena pero más caras que allí.

A 2 euros podíamos encontrar la cajita de arándanos y a 2,40 euros una caja mezclada. A mejor precio que en España. Los albaricoques, mejor no comprarlos allí, a 7,40 euros el kilo. Aunque allí todo se vende por gramos, pero claro, con esos precios, 100 gr, 0,74 céntimos de euro.

Una de las comidas típicas de Praga, era el codillo. Este es el que nos pusieron a nosotros, ¡¡imposible poder con él, ja, ja!!

También os recomiendo una ciudad cercana a Praga, Karlovy Vary, un lugar de ensueño, donde son típicas sus aguas medicinales. Ahí rodaron películas como Casino Royal o Últimas vacaciones con Queen Latifah o Gérard Depardieu, sobre todo en su hotel, el famoso hotel de cinco estrellas, Pupp.
Nosotros nos trajimos de allí su dulce típico, estas obleas rellenas,  que las vendían en cajas de distintos sabores o te las podías comer calientes en el puesto de venta.

Tanto en Praga como en Karlovy Vary, fue donde más españoles nos encontramos, y era fácil encontrar menús con la carta también en español. En Karlovy Vary, además, había tiendas que hablaban en español perfectamente.
En fin, aquí termina mi viaje, ¡¡felices vacaciones!! ¡¡Nos vemos a la vuelta!!
Si te has perdido mis viajes aquí puedes saber de Budapest o de Viena.

INGREDIENTES: 4 personas   Dificultad: Fácil   PREPARACIÓN: 10 min   COCCIÓN: 3 min

-125 gr de chocolate negro para postres

-125 gr de mantequilla

-125 gr de azúcar

-4 huevos

-100 gr de harina

-1 sobre de levadura química (16 gr)

-1 cucharada rasa de cacao en polvo puro Valor
-24 mini oreos aproximadamente

1. Trocear el chocolate y la mantequilla y fundir en el microondas. Mezclar con una cuchara y si aún quedan grumos, meterlo unos segundos más hasta que se funda. Reservar.

2. Poner en un bol el azúcar junto con los huevos y batir.

3. Incorporar poco a poco el chocolate y la mantequilla fundida mientras vamos mezclando.

4. Mezclar la harina junto con la levadura y el cacao en polvo y tamizar encima del compuesto anterior. Ir mezclando.

5. Llenar cuatro tazas con parte de la masa. Trocear en cada taza dos mini oreos.

6. Verter más masa en las tazas (un poco más de la mitad). No llenar en exceso, recordar que durante la cocción la masa crece. Decorar con  cuatro mini oreos cada taza.

7. Meter taza por taza en el microondas y cocer a potencia máxima durante 3 minutos como mucho. El centro tiene que quedar un poco líquido. Muy importante no llenar las tazas en exceso pues podrían rebosar y salirse durante la cocción.
Otra forma es hacer las cuatro tazas a la vez en el horno. Elegir siempre unas tazas gruesas. Hornear a 200ª C con calor arriba y abajo durante 10 minutos como mucho. La masa del centro de la taza tiene que estar un poco líquido. No hacer en exceso.