Os he contado varias veces que crecí en un lugar donde no había tradiciones, que cada uno tenía las propias de su casa, pero ninguna en común con el resto de habitantes. Así que nunca celebré Todos los Santos, ni la noche de los difuntos ni nada de eso. Por no tener, no teníamos ni cementerio, pero allí era raro que alguien muriera, como no fuera alguna persona mayor que casualmente, le tocaba pasar el mes con algún familiar y por eso se encontraba allí.
Aunque, creo que al primer entierro que fui (sólo a la iglesia), si que fue de alguien joven, un guardia civil, padre de un niño, con el que siempre jugaba y que después del entierro, nunca más volví a ver. Se tuvieron que ir de allí a empezar una nueva vida. Mi amigo tendría sobre ocho años, no más.
Aunque, creo que al primer entierro que fui (sólo a la iglesia), si que fue de alguien joven, un guardia civil, padre de un niño, con el que siempre jugaba y que después del entierro, nunca más volví a ver. Se tuvieron que ir de allí a empezar una nueva vida. Mi amigo tendría sobre ocho años, no más.