Boniato asado con leche de coco

He de reconocer que como más me gusta el boniato es en su versión dulce, asado, con un poquito de azúcar moreno y canela. Lo mismo me sucede con la calabaza. Los boniatos que compré, no estaban muy dulzones que digamos, de ahí que hiciera esta receta. A mi marido no le dijo nada del otro mundo, tampoco es que le maten los boniatos en las recetas saladas. A mí si que me agradó, por eso la he subido. Una forma diferente de comer boniato asado, la leche de coco le da su punto, al igual que el jengibre. Es cierto que le tuve que echar bastante sal, no sé si es que mis boniatos eran sosos del todo, que ni para dulce ni para salado, pero lo del punto de sal lo dejo a vuestra elección. Pensaba que no necesitaría a penas sal, soy bastante comedida en este punto, pero tampoco me gustan las comidas que están sosas. Al igual que el azúcar, la sal, sé que la deberíamos reducir al mínimo o a nada, pero no es tan fácil quitar ciertas costumbres y ciertos sabores. 

 

Bueno, el caso es que si os gusta el boniato en recetas saladas, creo que os va a gustar esta receta, es muy, muy sencilla de hacer, es cierto que me he entretenido ahí un rato con la mandolina haciendo láminas de boniato, ya sabéis que  lo podéis hacer con un cuchillo bien afilado perfectamente. Pero, cuando una receta es tan sencilla, aunque tardéis un ratito haciendo láminas, una vez ves el resultado, merece la pena. Os aseguro que os va a quedar un boniato asado muy tierno. 

Ya sea usado como acompañamiento o para comerlo tal cual, para una cena más ligera, creo que este plato se merece una oportunidad. El Otoño también está en la mesa. 

INGREDIENTES: 6 personas  DIFICULTAD: Fácil  PREPARACIÓN: 30 min  COCCIÓN: 1 hora

-1 kg de boniatos

-1 cebolla grande

-1 cucharada de aceite de oliva

-250 ml de leche de coco para cocinar

-2 cm de jengibre fresco

-sal y pimienta

1. Pela los boniatos con un pelador. Haz rodajas muy finas con ellos, preferiblemente con una mandolina o con un cuchillo muy afilado. Reserva. 

2. Precalienta el horno a 180º C. Pela la cebolla y pícala. Pon la cucharada de aceite en una sartén pequeña al fuego y pocha en ella la cebolla. Tiene que quedar translúcida pero no dorada. 

3. Pon la cebolla en el fondo de una olla o molde apto para el horno. El molde mejor si no es muy alto y no muy grande. 

4. Pon las rodajas de boniato de forma armoniosa encima de la cebolla. Pon las rodajas de lado, formando una flor o como si fuera una tarta de manzana. 

5. Pon en un vaso o en un bol la leche de coco. Pela el trozo de jengibre y rállalo encima de la leche. Añade sal y pimienta negra recién molida al gusto. Remueve bien. 

6. Riega las láminas de boniato con esta mezcla. Espolvorea de nuevo con un poco de sal y pimienta. Hornea con calor arriba y abajo a 180º C durante 1 hora. Si ves que se quema un poco por arriba, cubre a mitad de cocción con un papel de aluminio. Sirve caliente.