¡Vaya mes de febrero llevamos! ¡Qué temperaturas! Parece primavera, pero no, seguimos en invierno y lo peor es que cuando menos nos lo esperemos volverá el frío y todas nuestras ilusiones de buen tiempo se acabarán de un plumazo. Disfrutemos los rayos de sol hasta que nos dure y no guardéis muy lejos la bufanda, por si acaso.
Lo bueno del frío (si es que tiene algo), es que apetece meterte en la cocina y amasar. Así que por eso os traigo unas tartaletas fáciles, fáciles y lo mejor, muy ricas, sobre todo para todos los que os guste lo dulce-salado, que sé que sois muchos. Calientes, o frías, os aseguro que no importa, os parecerán unas tartaletas muy ricas. Yo no soy mucho de cebolla, me refiero de comer cebolla tal cual, sí como ingrediente no principal, pero con la cebolla morada y con algo dulce como contraste, la combinación es irresistible.
Vamos con la receta.
INGREDIENTES: 4 tartaletas DIFICULTAD: Fácil PREPARACIÓN: 40 min COCCIÓN: 40 min REPOSO: 30 min
Para la masa: (o una masa quebrada de compra)
-150 gr de harina
-50 gr de mantequilla fría sin sal
-3 cucharadas de agua
Para el relleno:
-3 cebollas moradas
-1 cucharada de aceite de oliva
-100 ml de sirope de ágave, de arce, miel....
-1 cucharada de vinagre balsámico
Para decorar:
-4 nueces enteras
1. Primero, haremos la masa, ya que tiene que reposar 30 minutos. Podéis utilizar una masa quebrada de compra, ya sea fresca o congelada. En un bol amplio ponemos la harina y la mantequilla fría cortada en trocitos. Amasamos con las manos deshaciendo la mantequilla en la harina hasta conseguir una textura tipo serrín.
2. Incorporamos las cucharadas de agua y amasamos con las manos hasta formar una mezcla homogénea.
3. Formamos una bola con la masa, la envolvemos en papel film y la reservamos en la nevera durante 30 minutos.
4. Pasado el tiempo de reposo, sacamos la masa de la nevera y la estiramos en una superficie de trabajo con un rodillo.
5. Engrasamos cuatro tartaletas con spray desmoldante o con un poco de aceite. Recortamos discos un poco mayores que las tartaletas y las forramos, laterales incluidos. Volvemos a llevarlas a la nevera para que la masa endurezca un poco.
6. Mientras las tartaletas se enfrían precalentamos el horno a 180º C. Pelamos las cebollas y las cortamos en rodajas finas a lo ancho. Reservamos.
7. En una sartén pequeña ponemos la cucharada de aceite, el sirope o la miel y la cucharada de vinagre balsámico. Lo dejamos cocer a fuego suave durante 5 minutos después de su ebullición.
8. Sacamos de la nevera las tartaletas y las rellenamos con las rodajas de cebolla morada (unas tres rodajas por tartaleta). Reservamos una cucharada sopera de la mezcla del sirope para luego decorar y el resto lo repartimos entre las cuatro tartaletas. Horneamos a 180º C con calor arriba y abajo durante 40 minutos.
9. Dejamos enfriar las tartaletas, desmoldamos con cuidado y en el momento de servir pincelamos la superfice de las tartaletas con la cucharada de sirope reservadas y con las nueces peladas y picadas.
Isabel yo reconozco que nunca como cebolla cruda, ni siquiera en ensaladas, aunque me gusta, me resulta demasiado incómodo el mal aliento, Jajajaja. Pero cocinada sí que la utilizo en todo lo que haya que sea necesario. Mira que tus tartaletas me han cautivado a la primera vista, no solo porque son preciosas como todo lo que haces, sino porque además de gustarme ese contraste de sabores dulce y salado, también me ha recordado a mí Coca Hojaldrada con Setas y Queso Azul que publiqué hace poco ¿recuerdas? No le puse ese sirope que tú has hecho, y que por cierto le tiene que poner una nota de gracia evidentemente. Me parece que mi próxima Coca la haré en forma de tartaletas, tengo unos moldes de silicona para hacerlas, que he recordado ahora al ver los tuyos, y es que hace años que no los utilizo, antes tenía tiempo para preparar cositas de estas en plan cucadita para comer con mis hermanas o mis amigos, pero últimamente es que no me da la vida para más, y voy a lo más fácil todavía, Jajajaja, que es como mucho una buena Tortilla y una ensalada, que no sé si será por hacerlas tan a menudo, o la fuerza de la costumbre, llámalo como quieras, Jajajaja, que siempre acabamos comiendo lo mismo. Bueno tampoco voy a exagerar, que ya me conoces y cuando me pongo, lo mismo me cocino un plato de pasta veloce, que resucita a un muerto, jajaja.
ResponderEliminarMe llevo tu receta que está la hago seguro, jejejeje.
Besos y que pases buena tarde.
¡¡Hola Concha!! Creo que al final todos terminamos comiendo siempre lo mismo, por muy blogueras fhasion de cocina que seamos, ja, ja. Y es que en el día a día, es normal que vayamos a lo práctico y más cuando tenemos otras obligaciones y no sólo nos dedicamos a ser amas de casa, que eso, también. Así que te entiendo perfectamente.
EliminarMe alegra que te haya gustado la receta, como ves es sencillísima, y luego el aliento no huele tan mal, ja, ja. Y sí me acuerdo de tu coca, ¡¡si me encantó!! Aunque la tuya, aunque llevaba cebolla morada era completísima, una delicia. Besitos.
La cebolla es un producto que nunca falta en mi despensa y aunque la utilizo casi siempre en comida salada, también confitada cae alguna vez que otra, ya que soy aficionada a las mezclas salado-dulces en las que va muy bien.Estas tartaletas entran perfectamente dentro de la cocina que practico por lo sencilla y ricas que son a la par de vistosas, aunque tú le sacas partido visualmente como nadie, las cosas como son. Un entrante así en una cenita con amigos y quedo como una reina, yo siempre voy cogiendo ideas, lo bueno no hay que dejarlo en saco roto.
ResponderEliminarUn beso y buen finde, por aquí andamos de puente.
Guapísima, a mi la cebolla...jjj...me tira un poco para atrás, aunque luego devoro la morcilla...ya ves, incongruencia total...pero mi marido adora la cebolla, y bueno, ya sabes, para mantenerle contento...le sorprenderé con tus tartaletas, Besines!!!
ResponderEliminarBuenisimas tartaletas y ademas con la masa casera.
ResponderEliminar¡Hola Isabel! Pues yo si soy de cebolla... morada.. dulce... la que sea... menos que pique mucho la verdad jajaaa... aunque me las apaño siempre... la pongo en remojo.. se le quita un poco... y la echo a la ensalada... Luego comer sola.. pues también.. aunque ahí ya prefiero la cebolleta... que como a mí padre me encanta acompañar a las lentejas con ella... y no con el trocito de pan...como hago con otras comidas... nada Isabel.. que como verás después de todo lo que te he sortao... tus tartaletas me chiflan... y me encantaría traspasar la pantalla.. para cenar esta noche un par o tres! Jajaa.. Un beso y feliz semana!!
ResponderEliminarHola Isabel!! Yo también estoy contigo que la cebolla cocinada está más rica y seguro que en esas tartaletas y con el contraste de sabores es todo una exquisitez ;)
ResponderEliminarBesos, Ángela
Que curiosa receta. Nunca he probado la cebolla como postre. Me encanta la combinación dulce salado así que tiene que estar muy rico. Saludos:)
ResponderEliminarHola Isabel, me encantan los agridulces y la cebolla muchísimo así que triunfas conmigo. Un postre sorprendente y sencillo como me gusta a mí. Poniendo el rirope de ágave restamos la cantidad de azúcar así que mucho mejor y si es con miel más sano. me ha encantado, como siempre todas tus recetas. Un beso!!!
ResponderEliminarHola Isabel. Pues a mí me gusta la cebolla tanto cruda como cocinada, en la ensalada está muy rica y si pica un poco tanto mejor jj. La cebolla morada casi nunca le he utilizado así que tendré que probarla a no muy tardar porque según dices es irresistible y ante eso me rindo jj.
ResponderEliminarLa masa que haces no parece que sea complicada, me la voy a guardar ya que siempre que hago algo de esto utilizo la comercial.
Nos propones una receta que por lo que leo y veo debe estar sensacional. Me ha encantado tu receta.
En cuanto a lo del tiempo te doy toda la razón, no son normales estas temperaturas y como ya se acercan las Fallas, las fiestas de aquí y Semana Santa, estoy convencido, como en casi todos los años, que el tiempo dará un cambio radical jj. Espero que no sea mucho.
Un abrazo.
Hola Isabel !! yo la cebolla la pongo en todo ,aunque fresca no la como me encanta el sabor que deja ,en cambio confitada me encanta y en estas tartaletas tiene que quedar divinas ,me guardo la receta
ResponderEliminarbss
Pero qué espectáculo de tartaletas, Isabel. Ya me he enamorado de ellas, es más, anoche cuando las vi en tu Instagram supe que me iba a encantar la receta, aunque aún no había visto ni los ingredientes, pero es que tienen una presencia que es imposible no querer comerse una con una buena ensalada de hojas verdes al lado, ya!!! Te aseguro que aún no he almorzado hoy, y que me comería una de tus tartaletas sin dudarlo. Es más, con tu permiso, te digo y me comprometo desde ya, a probarlas, y usaré la variedad de cebollas que más me gusta, no sé si las conoces, las cebollas de Figueras; aquí en Cataluña son muy famosas y, para mi gusta, desde que vivo aquí hace 15 años y las probé por primera vez, son prácticamente las únicas que compro. Ese aspecto rústico y el aroma que deben desprender tus tartaletas debe ser magnífico, no lo dudo, lo más mínimo. Te felicito por el resultado y me voy con las ganas de probarlas, pronto!! Besos, preciosa!
ResponderEliminarYa ves a mi el calor como que no me gusta prefiero el frio y ya está calor no me gusta, pero bueno el tiempo inestable es lo que tiene.
ResponderEliminarSabes a mi la cebolla me gusta mucho pero cruda no tanto, así que estas tartaletas son para mi gusto deliciosas, me comería dos o tres ahora mismo que aún no he comido.
Un beso y feliz semana
Isabel una ricura se ve :-))
ResponderEliminarRiquísimas tartaletas Isabel!!!!!!
ResponderEliminarEste contraste de sabores y texturas me parece una delicia, como ese maravilloso aspecto y la presentación , que siempre es preciosa .
Un cariñoso abrazo 😙😙😙
Pues yo si soy cebollera, tanto en crudo como en cocinado y es que su sabor sulfuroso y hasta un poco dulce me encanta. Esta receta me la llevo con toda la premeditación, alevosía y nocturnidad posible, me ha encantado por su presentación y por su sabor que soy capaz de adivinar a través de las fotos y en casa, seguro que acompañadas de un rico queso van ha hacer las delicias de más de uno, empezando por mí misma. Bss y gracias por compartir tan deliciosa receta.
ResponderEliminarHola Isabel! Qué bonitas tus tartaletas, de seguro están deliciosas con ese contraste dulce-salado, yo creo me animaría a ponerle algo de queso, jaja, que además le va bien con las nueces, qué rico!
ResponderEliminarA mi me encanta la cebolla en ensaladas, morada o blanca, no tengo reparo, estas tartaletas las disfrutaría mucho también con un vinito porque no son postre verdad?
Me encantan tus ideas y las presentaciones tan bonitas de tus recetas 😘
Te dejo un besito para desearte feliz fin de semana!
Estupenda la receta que nos traes hoy, y aunque nos das la opción de comprar la masa siempre es mucho más rica la casera y tampoco cuesta tanto hacerla no crees?
ResponderEliminarUn abrazo desde JUEGO DE SABORES
Lo que me gusta la cebolla morada, me encanta. Nunca he visto unas tartaletas así, las encuentro muy buenas y bonitas presentadas en individual, me las llevo sin duda :)
ResponderEliminarBesos.
Hola guapa , tus tartaletas son pura delicia, el toque dulce y la cebolla es una exquisitez que me gusta. Además de bonitas de bien estar riquísimas. Las fotos te han quedado muy bonitas. 👏👏👏👏😘😘
ResponderEliminarSi quieres yo pongo las cervezas.... Que ricas.
ResponderEliminarSi quieres puedes publicar tus recetas en este grupo, te dejo el enlace.
https://www.facebook.com/groups/185012434898921/
¡Qué rico! Me gustan los contrastes de sabores dulce-salado y veo que es de fácil preparación, así que con esta receta me atrevo. Por cierto, a mí me gusta la cebolla cruda (si viene acompañada de una buena hamburguesa jejeje). Un abrazo :)
ResponderEliminarDe lo más originales tus tartaletas, Isabel! con ese contraste de sabores serán una delicia y así presentadas individuales ¡qué lindas! a mi la cebolla cruda tampoco me tira mucho pero de ésta forma sí que me apetece y mucho! Ah, jaja qué tiempo más loco...otra vez con la bufanda a cuestas, sí.
ResponderEliminarMuchos besos!
ResponderEliminarMi querida Isabel, estas ideas diferentes siempre me llaman la atención, no es común toparte por ahí con una tartaleta de cebolla morada, que la verdad la cebolla cruda en ensalada siempre la dejo entre agua solita para quitar un poco el sabor fuerte, pero sí que me gusta (sobre todo en compañía de frijolitos, trocitos de aguacate, carne o huevo, tomate picado y cilantro, mmmmmm un bol delicioso, muy latino la verdad). La cebolla morada me gusta usarla mucho en guisos con pescados como el encocado. Concuerdo con la premisa del dulzor tan rico que desprenden cuando se cocinan y no la has podido combinar más rico, se ven tiernas, con ese punto dulce - salado delicioso. Con sus nueces y un poco de gorgonzola de plus estas tartaletas caen estupendas, se me hacen glamurosas, con ese precioso color y aroma, una delicia.
y ahora vamos por el punto dulce para esta semana ;)