Yo nunca había ido a buscar hongos, pero a mediados de octubre decidimos irnos unos amigos y nosotros a buscar níscalos, sin tener mucha idea, nos fuimos tarde, paramos a almorzar y no fue hasta las once o las once y media del medio día que nos pusimos a buscar. Y a pesar del poco tiempo que estuvimos, y lo torpes que éramos, aún encontramos níscalos. No para tirar cohetes, pero aún me dio para hacer un poco de conserva y todo, de hecho, esta misma noche, cenaré un revuelto de níscalos gracias a la conserva que hice de aquél día. Y sin duda, esta combinación de sabores, se ha convertido en mi forma favorita de comer níscalos.